Admiro tu mirada penetrante,
luz absorbente, camino de fantasía.
El cristal imaginario refleja tu pensar
en versos danzantes, delineantes de tu figura
ondulante y sensitiva al escuchar la melodía
que recorre las entrañas musicales del alma.
Tus ojos cuestionan el quehacer filosófico
de los senderos de mi sombra en tu sombra
que transporta una imaginación del púgil
poeta que lucha por existir en el valle
de ilusiones, lleno de calles nocturnas que
tejiendo las móviles sombras prefiguran
tu sonrisa reflejada en el espejo.
Tu espejo es mi espejo reflejado,
tu sombra es mi sombra en la penumbra,
tu pensar es mi pensar lleno de vida;
una fantasía se hace realidad cuando me hablas,
tus palabras son la fortaleza que penetra
en las entrañas del alma acongojada.
Tus noches de luna guían el pensar del poeta
al descubrir tu sonrisa junto a la mía,
mi espejo en tu espejo de vida.
Eres templo de vida, ilusoria visión,
sombra fantástica
de amor y ternura...
Por Luis I. Rodríguez
Bella entrada Luis, donde la mirada refleja el alma y abraza el destello de luz.
ResponderEliminarMe quedo con tu permiso con:
“El cristal imaginario refleja tu pensar
en versos danzantes, delineantes de tu figura
ondulante y sensitiva al escuchar la melodía
que recorre las entrañas musicales del alma.”
Un abrazo desde Galicia.