Mira cómo está el horizonte...
Yace reluciente de calor humano,
su ansiedad asombra, el alma perdida está.
Los rayos penetran el ser, abriendo caminos lúcidos,
transformando el espíritu aventurero de un pensamiento
en átomos de energía, esparciendo luz de vida
como aquella rosa solitaria en el jardín
despierta admiración del hombre.
Mira cómo está el horizonte...
Abre su campo a la imaginación
transportando las quimeras internas del ser
en aquellos rayos silenciosos que se mecen en el agua
como los tiernos delfines juguetones buscando
compañía y diversión en el mundo de la vida.
Mira cómo está el horizonte...
El camino se abre al pensador,
el firmamento entretiene su visión,
un lucero potente irradia energía,
la soledad desaparece en el ambiente
y la música de la naturaleza entretiene y
hace danzar al profundo eco vivencial
transformando la quimera en realidad.
Mira cómo está el horizonte...
Maravilloso ser dentro de mi ser.
Los rayos rompen las grietas de la indiferencia,
el calor revitaliza el frío humano al romper
los témpanos internos de la esclavitud.
Aprendamos a descubrir en nosotros
el goce contemplativo de nuestras vivencias
con el engrandecimiento de nuestro espacio íntimo...
Por Luis I. Rodríguez
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