Las palabras viajan acompañadas de amor
y vuelven a estar armoniosas en la mente,
ancladas en la tranquila mar azul
que danza en los pensamientos,
las lágrimas, la ternura, la serenidad…
Una palabra vence la angustia y la desazón
para vivir, para existir, para pensar y
descubrir el valor de la serenidad…
Un círculo de esa mar me estremece e
inunda a borbotares la fuerza espiritual.
La intensidad de esa abismal verdad
no impedirá que pueda nadar en pensamientos
hasta encontrar el calor del verde amor y
descubrir el sentido de la serenidad…
Necesito compartir mis sencillos pensamientos
y nunca callar lo que siento.
El hombre buscará sediento el camino
escudriñando el valor de la inmensa verdad
que guarda como un tesoro dentro de sí,
escuchando los petrificados gritos al hablar y
descubrir la angustia con serenidad…
El tiempo yace en naciente historia
del oscilante péndulo sideral,
ahora estoy fantaseando cual mariposa
buscando una profunda razón
en la dimensión propia del filosofar…
Las palabras penetran, viajan y
volverán a ser una ilusión al
descubrir el asombro con serenidad…
Ahora estoy callado,
pensando en los ladrillos
de los recortes literarios y filosóficos
que impulsan a la lucha cotidiana
del pensamiento por salir de la nada y
descubrir el camino del cuestionar con serenidad…
Por Luis I. Rodríguez
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