Sedientos de melodías yacen los peregrinos
en el escenario taciturno en el teatro de la vida,
parece existir un absurdo en la existencia:
el hombre ríe asombrado al contemplar el cuadro vivencial.
Hermosa melodía escuchamos al atardecer
cuando vibran las cuerdas del alma en profundidad,
la piel se estremece al son de las quimeras
anhelantes del níveo dentro de nuestro ser.
La secuencia lógica derrama un canto de vida,
la luz proyecta la alegría al contemplar la escena,
el manjar encantado de una tonada descuelga
la sonrisa del amante ruiseñor en el vaivén encantador.
Las antenas curiosas se deslizan para escuchar
la vibración del alma de nuestro ilustre espectador,
el pensamiento transforma la ironía en escena
de un reflejo musical del espectador en vida.
¡Qué bello ejercicio de la función teatral
en el viaje sereno al soñar con una proyección musical!
Por Luis I. Rodríguez
La secuencia lógica derrama un canto de vida,
la luz proyecta la alegría al contemplar la escena,
el manjar encantado de una tonada descuelga
la sonrisa del amante ruiseñor en el vaivén encantador.
Las antenas curiosas se deslizan para escuchar
la vibración del alma de nuestro ilustre espectador,
el pensamiento transforma la ironía en escena
de un reflejo musical del espectador en vida.
¡Qué bello ejercicio de la función teatral
en el viaje sereno al soñar con una proyección musical!
Por Luis I. Rodríguez
Hermosa entrada amigo Luis, si la luz proyecta la alegría y el alma esta tranquila consigo misma no hay nada que temer.
ResponderEliminarUn agarimoso saludo desde Galicia.