martes, 1 de diciembre de 2009

LA MIRADA DEL CAMPESINO



La mariposa está sedienta,
la rosa resplandece al salir el sol,
sus pétalos llaman al ser amado
deleitándose en el atlas de la vida.


¡Cómo la miraba el campesino

al viajar una ilusión en el velero!

Las hojas de la rosa mutan
de alegría al sentir tanta belleza.

Los niños asombrados contemplan la rosa,
describen su energía como el rayo del sol.


¡Cómo el velero de energía

se pierde en el horizonte humano!


La mariposa está absorta con la rosa

radiante de plenitud y de verdad.

Nadie descubre tanta belleza sino

al penetrar al interior de sí mismo.


¡Cómo en el horizonte humano

se descubre la belleza interna!

Los ocelos penetrantes invitan

al éxtasis en profundidad.

Un aleteo ocasional vibra la imagen
de aquel fluir en profundo amor.


¡Cómo la belleza interna

penetra la ternura humana!

La belleza interna se funde
en la brisa del mar de la tarde,

el rojo encendido se abre a los ojos
posibilitando la dimensión de la intimidad.


¡Cómo las nubes van llorando

las gotas de intimidad!


Por Luis I. Rodríguez

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