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sábado, 10 de julio de 2010

OLA MARINA


Las olas de la mar danzan en silencio,
delira la espuma blanquecina
en la curvada ola marina,
el túnel del tiempo
absorbe al poeta.

Los vientos huracanados rugen fortalecidos,
el pensamiento armonioso cae sobre la mar
dejando una estela perfumada,
melódica nostalgia
de versos en flor.

Los versos poéticos conllevan ternura,
los suspiros melancólicos transforman
la concha marina interna
como ósculo de sombra
en silencio.


Por Luis I. Rodríguez

miércoles, 23 de septiembre de 2009

NOSOTROS...


Navego en el umbral de pensamientos
en presencia de tu ser me entretengo,
el yo posibilita un encuentro vespertino
en el manantial siempre estás tú...

Abro el umbral del sentimiento

alertando la presencia del silencio,
tu sentido maternal infunde confianza
en el trascender de la oscura noche...


Tu sonrisa despierta el frío de la sombra

en el murmullo del yo encantador,
el nosotros nace del encuentro dialogal

desvaneciendo la superficialidad...

Tu reflejo es mi reflejo
en el espejo
del nosotros,
somos lo que somos por nuestra apertura
al desnudar la máscara en el teatro de la vida...


Tú y yo, actores - espectadores

en el teatro del absurdo,

un pensamiento alerta al mundo,

destrucción a la cosificación humana...

El silencio interroga al yo
en la presencia del tú,
asidos de la mano, les da vida

el nosotros al valorar la libertad...


Por Luis I. Rodríguez

miércoles, 19 de agosto de 2009

LA FUERZA MARINA



El olor azul marino produjo una fantasía
al verte llamando en la copa de la ola,
sus encantos despedían tranquilidad
y dulzura en el silencio de mi alma.

Escuchabas la vibración del tenor marino
invocando la alegría del devenir hádico,
oh frágil cristal humano que rompió
los pétalos del amor en llanto.

La Mar mecía sus alas hambrientas,
extendía sus brazos acariciando la soledad,
la angustia brotó del alma bullente,
un vaivén estalló en sonora tempestad.

Y la Mar sonreía acariciando mi cuerpo
como el águila con su esbelto vuelo
oteando la inmensidad del silencio y la ternura,
dando un mensaje de libertad al mundo entero.

Y la fuerza marina siguió danzando
en figura absorvente y pensativa,
el túnel de la vida yace dormido,
esperando el fruto de la Mar embravecida.


Por Luis I. Rodríguez