El agua corre incesante rompiendo las compuertas del alma; el agua está lavando la piedra humana... El paisaje yace sombrío, triste la brisna acompaña mi caminar... El lodazal impide mi labor, ¿el peligro existe encadenado?; una fuerte tormenta se avecina en el oscuro horizonte, un relámpago... La lluvia cae serena y rítmica. Las gotas de lluvia golpean mi cabeza. ¡Ni un pájaro canta; un silencio profundo! ¡Mi alma se estremece por el frío! - La angustia abraza al caminante -. ¡Llueven gotas de vida con dulzura! ¡Gotas de vida; gotas al manantial; en el horizonte una sombra se proyecta anhelante y torneada en espiral como el arco de tu cuerpo.
Soñando caminos en la cotidianidad. ¡Los paisajes dorados en la mente, los verdes pinos erguidos elevan sus polvorientos aromas de vida! ...
¿Adónde dirijo la mirada? Cantando por el sendero, viajero solitario con la nube de esperanza, dulce compañía en mi soledad ...
—Los rayos penetrantes yacen adormilando mi espíritu —. "En el pensamiento surge la rosa de tu pasión". Se acerca la tranquilidad danzante, el paisaje está mudo y sombrío; mi soledad invita a meditar. El viento estremece los encantos en el río. La tarde serena sueña en mi alma; el camino centellea en lejanía, una nube blanquea con dulzura las locas canciones de néctares. Una canción de cuna respira: "rosa dorada con espinas, amantes llenos de pasión, al despertar en mi corazón".
En el horizonte grisáceo, el corazón del viajero solitario oye con íntimo deleite la voz de la rosa de tu pasión...
Una rosa encendida transmite vida; un capullo abierto transforma el ánimo; el amor esclarece el espíritu de ilusión con la brisa de un pensamiento; el águila circunda el firmamento con libertad. Tu sonrisa es una rosa, radiante de alegría; tu alma púrpura camino de fantasía...
Sedientos de melodías yacen los peregrinos en el escenario taciturno en el teatro de la vida, parece existir un absurdo en la existencia: el hombre ríe asombrado al contemplar el cuadro vivencial.
Hermosa melodía escuchamos al atardecer cuando vibran las cuerdas del alma en profundidad, la piel se estremece al son de las quimeras
anhelantes del níveo dentro de nuestro ser.
La secuencia lógica derrama un canto de vida, la luz proyecta la alegría al contemplar la escena, el manjar encantado de una tonada descuelga la sonrisa del amante ruiseñor en el vaivén encantador.
Las antenas curiosas se deslizan para escuchar la vibración del alma de nuestro ilustre espectador, el pensamiento transforma la ironía en escena de un reflejo musical del espectador en vida. ¡Qué bello ejercicio de la función teatral en el viaje sereno al soñar con una proyección musical!
Hay luz en la profundidad del alma, la belleza refleja el encanto del ser humano; un pensamiento brota de la inmensidad celeste, la energía de la naturaleza irradia en resplandor.
La belleza interroga al hombre en su quehacer filosófico; el asombro lo hace más humano al contemplar una quimera que muestra su espectáculo tras una profunda ideación.
El habérselas con las cosas conlleva una habitud, funda la posibilidad de una suscitación, la respuesta está a flor de piel por fruición en el camino del decurso vital.
Hay luz en la profundidad del alma, somos pura sustantividad interna, jugamos la vida a cada momento desde el íntimo modo de afirmarnos.
La puerta del alma se estremece en el tiempo, el silencio profundo llena de angustia al hombre de hoy. La soledad pregunta a la puerta, la imaginación transforma el espíritu aventurero de quien quiere ser. El mundo parece sonreír, el agua, el aire, el fuego gravitan en nuestro ser. El silencio llena de temor al hombre imaginario, el silencio abrumador penetra las entrañas humanas, un cosquilleo interno se desplaza anunciando un impulso; el grito se agita, un vacío existencial en el silencio proyecta la imagen de la nada. La nada yace dormida en el ser, esperando la valoración del hombre. Y tú estás ahí en silencio esperando mi ser...
En lo profundo del alma, un pequeño sol aprisiona la órbita del ser. Un pensamiento justifica la imagen, el sueño se objetiviza. Seguía el camino en el diagrama. El diagrama invita a descubrir la miniatura, la miniatura es imaginación, la miniatura hace soñar, la miniatura es un valor, la miniatura es el yo.
¿Cómo sentir admiración y asombro en la oscura noche? La sombra extiende sus brazos, abraza el silencio de la noche penetrando en el interior del ser. La mano palpa un sentido casi humano en la oscuridad, el sentido permanece en el aire como una nube espejante que se desliza en el cuerpo. Una palpitación inquieta la imagen sonriente de un espectro que acompaña el dramatismo en el abismo interno. El tiempo transcurre latiendo en la noche como aquel lobo hambriento de ansiedad en la silenciosa posada que reanima las profundidades del alma...
Un caminante está presto a emprender el viaje por los abrojos del desierto cristalino. El cuadro insignificante de un pintor paisajista, costumbrista refleja en la mentalidad comprometida un análisis y una crítica constructiva en aras de abandonar el letargo y la modorra intelectual. Parece ser que el mundo de ilusiones se desvanece al tener que romper el hielo infecundo de la palabra en el trascender humano. Un oasis se abre paso en el horizonte de la soledad hacia la búsqueda de significados, bases del edificio cultural. La visión se nubla en lamentos pérfidos al no encontrar una viviente realidad más humana.
La crisis de nuestra sociedad está marcando la deshumanización y el caos de la ‘palabra’. Los símbolos lingüísticos parecen ser instrumentos sinsentido. El significado de las acciones carece de valor por la proximidad barbárica. El hombre está perdiendo su razón de ser. La Literatura no puede llegar a ser un pasatiempo frívolo y evasor de la realidad. Por el contrario, ‘ella’ debe examinar los viajesrepresentativos de la condición humana en el cosmos. La tarea está en humanizar las relaciones interpersonales a través del uso de la palabra. El significado es el camino del encuentro personal con el ‘otro’. El ‘otro’ es mi espejo dialogal. Solamente cuando la palabra recobre su sentido real, el hombre será una palabra real.
El quehacer literario del pensante se escudriña e indaga en el ámbito de lo social. El hombre refleja su ser en la presencia del ‘otro’. Por eso, - dice Ernesto Sábato – “el individuo solo no existe: existe rodeado por una sociedad, inmerso en una sociedad, sufriendo en una sociedad, luchando o escondiéndose en una sociedad”[1].
La historia del hombre en la sociedad es una aventura cósmica, antropológica, epistemológica, axiológica y óntica en la búsqueda del sentido existencial. Todos pretendemos una salida digna a nuestras quimeras. Nuestros viajes parecen ser innecesarios e ilegítimos. Nadie enseña a viajar, a volar. Todos poseemos unas alas invisibles.
Aleteemos y dancemos al vaivén del pensamiento. Las ilusiones están ahí y ahora. El viajar posibilita descubrir el camino del laberintoinquietante en la descripción de nuestrasdimensiones protagónicas en el quehacer literario y filosófico. “Viajar es siempre un poco superficial. El escritor de nuestro tiempo debe siempre ahondar en la realidad. Y si viaja debe ser para ahondar, paradojalmente, en el lugar y en los seres de su propio rincón”[2].
La historia de las ideas en el ámbito de la Literatura estará henchida de perennesviajes al significar nuestro yo en el mundo histórico. Desde ya, aprendamos a armar nuestra baca de ilusiones. La osadía ahondará la fuerza misteriosa del atrevimiento y del encantamiento personal. El asombro estará al amanecer, descubriendo la razón de la existencia viajera, dando frutos a la luz de los signos. Elprincipiante – Usted / lector - tiene que aprender a sentir y a valorar la presencia significativa del Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, cuando sale de la aldea en defensa de los débiles, resaltando los ideales caballerescos en las tres salidas al campo y reflejando su fe en los valores morales, espirituales. El pensamiento filosófico que guarda la obra enfrenta los conflictos existentes entre el idealismo quijotesco y el realismo de Sancho. Es verdad, cada cual guarda en su interior la personificaciónde Don Quijote y algo de Sancho, como aquél ser formado de un alma espiritual y de una carne perecedera[3].
El viaje del escritor guiará al curioso lector en el laberinto del ‘mundo de la vida’. La luz que emanan las palabras se transforma en cimientes del edificio discursivo propio. Nuestra tarea es irtras de imposibles y disparatadas quimeras hacia la fáctica inteligibilidad axiológica. Así como “la tarea del escritor sería la de entrever los valores eternos que están implicados en el drama social y político de su tiempo y lugar”[4].
El principiante estará guiado por la invención maestra de aquel proyector de ‘situaciones excepcionales’. Guiados por el encantador, avancemos con Odiseo camino de Ítaca, venciendo los obstáculos impuestos por los dioses y lanzando una mirada al Infinito en señal de grandeza y sencillezpor encontrar los caminos claroscuros del destino final: la felicidad, el encuentro consigo mismo. Como afirma Ramón García D. “nadie como él habrá de arrastrar mayores aventuras y desventuras para llegar a Ítaca. Su viaje será el más largo y penoso de cuanto hombre alguno pudo emprender, pero al final logrará abrazar a su esposa e hijo”[5].
El viaje tiene que trascender las entrañas del hombre. La historia concretiza un momento existencial en el deambular del significado. El hombre pensante tiene que ejercitarse en una hermenéutica del vivir. Con razón, “el poeta que contempla un árbol y que describe el estremecimiento que la brisa produce en sus hojas, no hace un análisis físico del fenómeno, no recurre a los principios de la dinámica, no razona mediante las leyes matemáticas de la programación luminosa: se atiene al fenómeno puro, a esa impresión candorosa y vivida, al puro y hermoso brillo y temblor de las hojas mecidas por el viento”[6].
La cotidianidad no esefímera, sino que, es el motor y el producto razonado de las transformaciones cíclicas en las que, elprotagonista - lectorvislumbra un trascender en el ámbito de la Historia concreta del ‘ser’. Por eso, “en medio del desastre y del combate, inmersos en una realidad que cruje y se derrumba a lo largo de las formidables grietas, los artistas se dividen en aquellos que valientemente se enfrentan con el caos, haciendo una literatura que describe la condición del hombre en el derrumbe; y los que, por temor o asco, se retiran hacia sus torres de marfil o se evaden hacia mundos fantásticos”[7].
El viaje literario encarna una constante búsqueda de tesoros posibilitantes: las utopías.Cada cual busca el estro poético en la caja misteriosa del argumento de la vida. El itinerario ideado despertará al hombredel caos, lanzándolo a la búsqueda de la plena significación existencial cuando aprenda a dar testimonio de su realidad viviente y revele algo de lo desconocido a través del lenguaje y del ‘otro’ rumbo a la felicidad. Es - recordando el canto de la Odisea - en el que Ulises logra arribar a las costas de Eolia, ganándose la voluntad divina, “Eolo trabó profunda amistad con Ulises y, al despedirse, le entregó todos los vientos adversos encerrados en un gran odre, haciendo que una bonancible y poderosa brisa hinchase sus velas rumbo a Ítaca”[8].
El viaje programado evidenciará el testimonio dramático de aprender a generarideas que transformen la crisis de la sociedad y crezca la Literatura,- como dice Sábato - “esa híbrida expresión del espíritu humano que se encuentra entre el arte y el pensamiento puro, entre la fantasía y la realidad, puede dejar un profundo testimonio de este trance, y quizá sea la única creación que pueda hacerlo”[9].
El viaje literario programado palpa - a través de la ‘palabra’ en las obras - la relación existente entre el idealismo y el realismo, entre el subjetivismo y el objetivismo. La problemática humana irrumpe en el quehacer epistemológico en la búsqueda de sentidos. La Literatura alerta al hombre a indagar por la soledad, la vida, la existencia, la nada, la dialéctica... y, problematiza ala tecnología en su afán por destruir al hombre; a las Ciencias por las investigacionesdeshumanizantes... El hombre se ha vuelto enemigo de sí mismo y de su congénere. El ‘otro’ se ha cosificado. Las cosas han adquirido valor y las palabras son sinsentidos o fantasmas a la vera del camino.
El viajero tendrá que ser aquella gaviota planeadora surcando el firmamento, ideandoquimeras humanas en pro de la Cima y de la Verdad.
[1] SABATO, Ernesto. El escritor y sus fantasmas. Editorial Seix Barral S.A. Barcelona, 1997. Pág. 16.
Tus huellas, impactan en el silencio del alma, estremecen el interior de la conciencia en el constante peregrinar del pensamiento. Las peregrinas huellas suavizan la sensibilidad de los sentimientos en mudas palabras que proyectan la magia de la fantasía en un esbelto cuerpo celeste, dulce compañía al amanecer...
¡Qué ilusión se encamina hacia el lecho vacío y frío de un nuevo día!
Tus pensamientos son una fuerza imaginaria, perspectiva de un camino en la montaña, vaivén de una ondulación corporal, imagen reluciente de un símbolo de luz en el laberinto de la vida, encrucijada del árbol que sombrea su imagen escuchando el silencio de la noche que ofrece el cuerpo con sus ramas para ascender al césped vivencial de una ensoñación al amanecer...
¡Qué ilusión se permea en la fatiga al oír llorar el árbol pensante!
Me pregunto si todo árbol pensante puede escuchar el sonido de la naturaleza y la vibración del alma, cuando recorre la fúlgida noche y busca la paz interior...
¡Qué tristeza el árbol pensante no ha dejado huellas en su caminar!
Vibras como un sentimiento en la profundidad del alma, irradias energía desde el interior y resplandeces de ansiedad, una luz de ilusión sonríe con serenidad en el equilibrio natural del cáliz de la vida, transformador del espíritu aventurero que llama la perspectiva de una lírica armónica en plenitud... Transportas una luz suave de dulzura y comunicas reposo en la inmensidad, el espacio proyectado es conquista de la belleza interna que absorbe la lectura del sentido de la vida, imagen poética de una escala en la forma geométrica que trasciende la cotidianidad y eleva el espíritu a una dimensión musical del ser... Centras la atención del hombre cual cofre encendido que se abre al descubrimiento dialéctico de lo de dentro para afirmar con asombro la dimensión de intimidad que guarda para sí en su progresión infinita...
La imaginación sigue dialogando con lo posible del nuevo imaginario...
El olor azul marino produjo una fantasía al verte llamando en la copa de la ola, sus encantos despedían tranquilidad y dulzura en el silencio de mi alma.
Escuchabas la vibración del tenor marino invocando la alegría del devenir hádico, oh frágil cristal humano que rompió los pétalos del amor en llanto.
La Mar mecía sus alas hambrientas, extendía sus brazos acariciando la soledad, la angustia brotó del alma bullente, un vaivén estalló en sonora tempestad.
Y la Mar sonreía acariciando mi cuerpo como el águila con su esbelto vuelo oteando la inmensidad del silencio y la ternura, dando un mensaje de libertad al mundo entero.
Y la fuerza marina siguió danzando en figura absorvente y pensativa, el túnel de la vida yace dormido, esperando el fruto de la Mar embravecida. Por Luis I. Rodríguez