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lunes, 1 de noviembre de 2010

EN LA PLAYA

playa Colombia el principal destino del mundo


En la playa de ilusoria visión
corre un aire amoroso,
tu cuerpo danza con el viento
la mente trabaja el poema.

El viento busca la miel
de tus sonrientes labios,
la arena blanca acaricia
lo fértil de tu piel bronceada.

Tu piel es el aroma encantado
de una abeja en el panal,
el agua cristalina de la mar
circunda tu cuerpo dibujado.

A un ritmo encadenado,
las olas alucinan los ojos
de la juventud con el efímero
paso de los pensamientos.

Aguas penetrantes
de armonía y lucidez,
en la blanca arena del alma
escucho el deleite de tu ser.


Por Luis I. Rodríguez

domingo, 25 de julio de 2010

ALAS DANZANTES



Los jardines están llenos de amor

en el cielo azulado de alegría.

Las flores con su aroma sonríen como la mar
desde la eternidad en el tiempo.

La mar en flor representa la inmensidad,
el horizonte centra el sentido vivencial.

Las rosas son las alas danzantes vivientes
con la ternura del mar eterno.

Cristalinos ojos de luz en el horizonte,
la existencia rebela su sentido en la nada.

La noche serena arde en el silencio
con cuerpos fugaces sobre la flor encantada.


Por Luis I. Rodríguez

jueves, 15 de abril de 2010

SERENIDAD VIVIENTE



Cae la penumbra en silencio.
Los niños llenos de ilusión juegan en la orilla del mar.
El mar tienta con sus aguas tibias el navío
del humano que descansa en el horizonte.

Acaricia la brisa vespertina al caminar.
El miedo carcome la profundidad
existencial de aquel náufrago tendido
en la nave perdida, el ocaso viviente.

Cae la obscura noche al descansar.
Los rayos de la aventurera acompañan
la soledad de un amor poético
deslizando su mano en la figura corporal.

Permanece en la inmensidad, el vacío.
Una sonrisa vagabunda proyecta
alegría a quien interpreta la oscuridad
sedienta de una quimera en el tiempo.

Escuche el grito de un amor alucinante.
La montaña negra seduce con su encanto
aquellas figuras bronceadas de ilusión.
El tiempo se transforma con serenidad.

Juega el niño con serenidad.
La arena se desliza entre los dedos,
el tiempo transforma la sabiduría y
el amor busca la paz interior...


Por Luis I. Rodríguez

domingo, 14 de febrero de 2010

GERMEN DE LIBERTAD


La felicidad está en aprender a escuchar la mar,
en sentir la melodía del corazón con su palpitación
emergiendo desde la intimidad del ser...

La vida es un viaje placentero atados a la mar,
un dejarse guiar por la brisa marina en el horizonte
de la vida, del amor y de la alegría del corazón...

El pensamiento se hace a la mar,
una tormenta de viento penetra en mi ventanal
desojando las margaritas del amor en versos de ilusión...

El viento golpea la cara del principiante,
el signo del retorno estremece el sentimiento
dialéctico por descubrir el misterio de la vida...

La pequeña barca se mece al ritmo de un vals,
las olas danzan presurosas formando figuras
dando sentido al viaje trascendental...

Una figura aparece en el horizonte,
un aleteo transforma la esencia de mi ser
en el espíritu soñador, germen de libertad...

Tu horizonte es mi horizonte transformado,
tus pensamientos... un aliento de libertad,
la mar... el sendero del viaje a la belleza interior...


Por Luis I. Rodríguez


lunes, 16 de noviembre de 2009

EL ABISMO GOLPEA EL PENSAMIENTO



Mira el horizonte azul de vida
en armonía con la inmensidad,
un austro recorre nuestro cuerpo
camino hacia la libertad...

Soy algo existencial,
proyecto de un trascender...
El abismo golpea el pensamiento,
lo inmutable estremece el ser...

La armonía de lo eterno
pregunta por la desigualdad,
los rayos de la luna recorren el camino
de las fuerzas naturales sin temeridad...

La naturaleza proyecta su esencia
como las venas en nuestro cuerpo,
los ríos llevan vida del manantial
como las ramas aliento vivencial.

El sonido es eco de vida
en la angustia humana,
el vuelo del pájaro un aliento
en la tristeza del mar adentro.

La brisa recorre el abismo humano
preguntando por el estrecho sendero,
una mirada hace renacer la esperanza
en el fondo de la conciencia al amanecer.

El canto de los pájaros entona la canción
de alegría en el silencio y la oscuridad,
un pensamiento de vida nace cual vagabundo
de las manos del alba en la senda humana.

Las manos danzan un vals matutino
en armonía con el arco iris natural,
un pensamiento profundo de vida florece
al percibir la fuerza de la vida esencial.

Por Luis I. Rodríguez


miércoles, 19 de agosto de 2009

LA FUERZA MARINA



El olor azul marino produjo una fantasía
al verte llamando en la copa de la ola,
sus encantos despedían tranquilidad
y dulzura en el silencio de mi alma.

Escuchabas la vibración del tenor marino
invocando la alegría del devenir hádico,
oh frágil cristal humano que rompió
los pétalos del amor en llanto.

La Mar mecía sus alas hambrientas,
extendía sus brazos acariciando la soledad,
la angustia brotó del alma bullente,
un vaivén estalló en sonora tempestad.

Y la Mar sonreía acariciando mi cuerpo
como el águila con su esbelto vuelo
oteando la inmensidad del silencio y la ternura,
dando un mensaje de libertad al mundo entero.

Y la fuerza marina siguió danzando
en figura absorvente y pensativa,
el túnel de la vida yace dormido,
esperando el fruto de la Mar embravecida.


Por Luis I. Rodríguez

martes, 4 de agosto de 2009

ESTÁS AUSENTE...




Estás presente pero tan ausente.
Te toco y no sientes mi razón,

te hablo y desconoces el sentido.
Pregunto a la luna y contestan sus vivaces rayos.


Pregunto a la Mar con sus ondulaciones y
responde un silencio olor marino.

Pregunto a las flores imaginarias y
responde
un suave olor a polen de fantasía.

Pregunto a las ráfagas de viento que

refrescan el ambiente celestial,

responde una brisa de pensamientos

con la serenidad de un principiante.


Pregunto a los arreboles impacientes y
responde el profundo azul de vida.
Un recuerdo de ojos azules zafiros,
cristalinos como el agua, en el manantial.

Pregunto al incandescente fuego que
con
sus rayos transforman el espíritu humano
en alegorías vivientes de inteligibles
llamas,
el encanto del saber.


Pregunto al más interesado ser
por el sentido del crepúsculo de amor,
incertidumbre y temor reina en el humano
al responder la angustia existencial.

Por Luis I. Rodríguez

domingo, 2 de agosto de 2009

EN LA MAR...



Desperté con la silenciosa Mar, su brisa

me asía contra su pecho irreverente y chispeante.

El ilimitado azul extendió su profundidad,

se me invitaba a pensar con la energía

que brotaba del corazón salino…

En la lejanía, una montaña de vida yacía,

llamándome a escalar en fantasía...

Una luz encegueció mis ojos, y mi cuerpo

pareció perder vitalidad al instante…

A bordo de un extraño y viejo navío,

sentí el abrazo de la brisa sibilante...

Una ola musical extendió su brazo,

acarició la frágil máscara solitaria, que

adormilada en la proa de la vida estaba…

Una gota de agua calmó la sed del indefenso y

los pensamientos iniciaron su viaje en escala…

Una sílaba cupular estremeció el lecho absorbente,

vislumbrando el horizonte solar, cuyo círculo

imaginario iluminó la mente cansada

en aquel oasis de eternidad y vida...

El melancólico crujir naviero

giró ondulante al éter vivencial,

una luciérnaga imaginaria visitó al viajero,

estremecido por la furia de las aguas

y un suave viento reconcilió la estadía…

Una voz impetuosa castigó

al osado náufrago a regresar

a la vida crepuscular, camino de vida,

al escuchar la voz del silencio,

guía del viaje nocturnal.

Por Luis I. Rodríguez

jueves, 9 de julio de 2009

EL PINGÜINO



Oh pingüino,
el viajero dinámico,
luchador incansable en las extensas travesías
cual figura religiosa, con mirada serena
en la búsqueda de la paz y la tranquilidad.

Oh pingüino,
un caminante solitario,
inocente y alegre personaje de la mar,
de andar cauteloso e inquieto disfraz
en el trasegar camino del amor.

Oh pingüino,
el travieso niño vestido de negro,
camisa blanca y corbatín de moda,
aleteas al destino en celeste vaivén
en el risueño caminar de vida.

Oh pingüino,
inocente pasajero del profundo mar,
vestido de negro y copo de nieve,
cuya mirada magnetiza en el quehacer
del cauteloso pescador sombrío.

Oh pingüino,
el pájaro juguetón de mar,
con sus ondulaciones brilla al vaivén
en el azul oceánico dadivoso
de inocencia al caminar.

Oh pingüino,
con sus movimientos invitas al paseo
del pensamiento en el frío amanecer,
fortalecido por la soberbia mirada
del peregrino religioso en la mar.


Por Luis I. Rodríguez

lunes, 22 de junio de 2009

SERENIDAD...




Las palabras viajan acompañadas de amor

y vuelven a estar armoniosas en la mente,

ancladas en la tranquila mar azul

que danza en los pensamientos,

las lágrimas, la ternura, la serenidad…

Una palabra vence la angustia y la desazón

para vivir, para existir, para pensar y

descubrir el valor de la serenidad…


Un círculo de esa mar me estremece e

inunda a borbotares la fuerza espiritual.

La intensidad de esa abismal verdad

no impedirá que pueda nadar en pensamientos

hasta encontrar el calor del verde amor y

descubrir el sentido de la serenidad…


Necesito compartir mis sencillos pensamientos

y nunca callar lo que siento.

El hombre buscará sediento el camino

escudriñando el valor de la inmensa verdad

que guarda como un tesoro dentro de sí,

escuchando los petrificados gritos al hablar y

descubrir la angustia con serenidad…


El tiempo yace en naciente historia

del oscilante péndulo sideral,

ahora estoy fantaseando cual mariposa

buscando una profunda razón

en la dimensión propia del filosofar…

Las palabras penetran, viajan y

volverán a ser una ilusión al

descubrir el asombro con serenidad…


Ahora estoy callado,

pensando en los ladrillos

de los recortes literarios y filosóficos

que impulsan a la lucha cotidiana

del pensamiento por salir de la nada y

descubrir el camino del cuestionar con serenidad…

Por Luis I. Rodríguez

jueves, 18 de junio de 2009

ILUSIÓN...


La luna juega en la noche de fuego
con sus resplandecientes rayos y
el viento estremece la soñada soledad.

El viento se pasea deprimido y melancólico
por las polvorientas calles del cuerpo
como aquel náufrago en el inmenso mar.

La noche sonríe y la luna la viste,
el viento la conoce y la arrulla,
ella se enamora del silencio,
encontrando abierto el libro de la vida.

Por Luis I. Rodríguez

miércoles, 3 de junio de 2009

BUSCABA UN HORIZONTE



Buscaba una rosa encendida
y hallé un aroma de amor.
Buscaba un manantial de sabiduría
y hallé un mar cristalino y sonriente.
Buscaba un libro abierto de ilusiones
y hallé una gran Gaviota que amaba la vida.
Buscaba salir de la ignorancia
y aprendí a volar...
Buscaba un nuevo horizonte de Libertad
y me encontré a mí mismo...

Por Luis I. Rodríguez