Mostrando entradas con la etiqueta cenizas. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta cenizas. Mostrar todas las entradas

sábado, 11 de julio de 2009

ANSIEDAD DE MI SER...




Mi pensamiento se reflejó en una constelación,
mis brazos frágiles sostenían una ilusión.
Las estrellas brillaban y me consolaban...

Mi pensamiento andariego se estatizó,
mi cuerpo parecía una pluma en el aire,
sentí tristeza al verme vacío...

Mi mirada se perdió en lo espacial,
las estrellas parecían danzar en resplandor,
al instante floté ruidoso como la hojarasca...

Mi ilusión se desvaneció y caí petrificado,
sentí angustia al estar destrozado,
añoré al instante tus dulces besos y caricias...

Mi esperanza se sintió fortalecida por un momento;
tu mirada penetrante transformó mis pensamientos,
el sol calentó mi transparente ser...

Mi amor ardía cual fuego devorador de la naturaleza,
las cenizas coloreaban tu sonriente figura,
mis manos deambulaban por tu ondulado cuerpo...

Mi construcción buscó una explicación sucinta,
el valioso hecho de tener tu presencia
proyectó una fortalecida imagen vivencial del ser...

Mi sentimiento se abrazó al tuyo,
mis manos se deslizaban en tu figura,
tu imagen penetró en mi ser...

Mis palabras se esfumaron al amanecer,
la brisa trajo un olor a tu cuerpo natural,
un rayo de sol despertó la ansiedad de mi ser...

Por Luis I. Rodríguez

lunes, 29 de junio de 2009

LA VIDA ES UN SUEÑO...


El mundo está lleno de dolor y desesperación.
la justicia es el camino de la igualdad social;
la injusticia castiga al hombre justo,
la cárcel, el cáncer de la sociedad
donde el hombre lucha por sobrevivir
de las penas de la ambición y del poder...

¿Quién escuchará al desdichado?
¿Quién abogará por el ser humano?
Las paredes escuchan el lamento humano.
Las cadenas retumban en el palacio interior.
Alguien acude al llamado filial,
la luz tenue asoma en el portal:
una esperanza, hecha realidad...

Los sueños son ilusiones del caminante.
La fuerza extraña arremete en viva voz.
La ironía manifiesta que al nacer,
causó la muerte maternal:
angustia, tristeza, desespero nocturnal...

La angustia envilece al inocente y
el sol no penetra al tétrico palacio.
Una luz asoma en la muralla:
la libertad estremece
aquellas grisáceas cenizas
del mendigante pensador...

El palacio esconde al verdadero rey.
La multitud batalla la tragedia humana.
El príncipe altivo recobra el derecho
y al paso encuentra la felicidad eterna:
la vida es un sueño, ilusión del caminante
hacia la luz del sol resplandeciente,
un pensamiento brota del manantial...

Por Luis I. Rodríguez