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sábado, 17 de julio de 2010

HOMBRE MONO



El espejo se mueve en el espacio,
reflejando un rostro en la penumbra.
El hombre mono está naciendo,
la luz lo intimida en el silencio.

El hombre mono decide caminar
hacia el profundo bosque;
la civilización azota al valiente pensamiento,
los árboles acogen la imagen del fantasma.

El árbol extiende sus ramas solidarias,
los pájaros comparten sus bellas melodías;
el hombre mono abre su corazón de piedra
revelando el misterio de su ensoñación.

Quiero ser rebelde conmigo mismo
destrozando la esclavitud humana;
quiero comprender al hombre mono
en el jardín de aromas de luz.

Quiero jugar con la brisa en el bosque,
mecerme en las ramas de pensamientos,
trastocando el estado de las cosas mismas,
vibrando con los globos del Amor.

El hombre mono acepta la soledad,
el silencio fortifica el pensamiento,
el jardín del bosque desdobla la palabra
como tronco abierto y solitario.

Por Luis I. Rodríguez

miércoles, 17 de febrero de 2010

INDECISIÓN




"Donde hay luz también existe la sombra.
¿Dejaré de amar la luz porque produce sombras?".
Heinrich Lübke


Mis pensamientos se transforman viajando en tu cuerpo,
danzando con dulzura en las ondulaciones de tu ser...

Una gota de agua corre presurosa hacia el manantial misterioso,
alas de libertad golpean el ventanal frágil del encantador...

Una palabra soporta la angustia humana en el peñasco,
el águila otea la imagen absurda del hombre esclavo de sí mismo...

La brisa marina transita por el acantilado humano con paciencia,
saborea el fresco alimento del pensamiento en libertad...

El eco abruma la figura vagabunda del esclavo que se mece
en el peñasco sediento de amor por la vida transformada...

Una respuesta se escucha en lo profundo del abismo,
una luz, una fuerza, una gota de agua calma la sed humana...

El águila sigue en círculo la indiferencia del hombre,
un grito de lo profundo se escucha hacia la muerte...


Luis I. Rodríguez

martes, 10 de noviembre de 2009

LA CONCHA



La concha vacía trae consigo
la ansiedad en su interior,
el viento transforma su ser
en el eco de la profundidad.

La concha conlleva una dialéctica
de lo grande y de lo pequeño,
del hecho de ser libre y
el sentido de esclavitud.

Un ícono de vida está
como refugio en cristal,
sus sones transportan melodías
al eco de la penumbra.

La concha guarda un misterio
de complejo miedo y curiosidad,
el asombro resuena en el interior,
un signo de libertad se prepara al amanecer.

La dialéctica se encarna
en lo oculto y en lo manifiesto,
el ser prepara su manifestación
en torbellinos de su intimidad.

Por Luis I. Rodríguez

lunes, 2 de noviembre de 2009

MIRA CÓMO ESTÁ EL HORIZONTE...

Mira cómo está el horizonte...

Yace reluciente de calor humano,

su ansiedad asombra, el alma perdida está.

Los rayos penetran el ser, abriendo caminos lúcidos,

transformando el espíritu aventurero de un pensamiento

en átomos de energía, esparciendo luz de vida

como aquella rosa solitaria en el jardín

despierta admiración del hombre.



Mira cómo está el horizonte...

Abre su campo a la imaginación

transportando las quimeras internas del ser

en aquellos rayos silenciosos que se mecen en el agua

como los tiernos delfines juguetones buscando

compañía y diversión en el mundo de la vida.


Mira cómo está el horizonte...

El camino se abre al pensador,

el firmamento entretiene su visión,

un lucero potente irradia energía,

la soledad desaparece en el ambiente

y la música de la naturaleza entretiene y

hace danzar al profundo eco vivencial

transformando la quimera en realidad.


Mira cómo está el horizonte...

Maravilloso ser dentro de mi ser.

Los rayos rompen las grietas de la indiferencia,

el calor revitaliza el frío humano al romper

los témpanos internos de la esclavitud.

Aprendamos a descubrir en nosotros

el goce contemplativo de nuestras vivencias

con el engrandecimiento de nuestro espacio íntimo...


Por Luis I. Rodríguez