El sol resplandece para todos. Su energía transforma el espíritu del hombre; la pulpa sensitiva se estremece con el calor del diálogo con la naturaleza, miel de la vida. El hombre proyecta una imagen aparente, su realidad se desvanece en la sombra. El hombre es duro como la piedra, la piedra insensible hacia el "otro". El "otro" es el ser del movimiento, abierto a caminar en compañía. Y Tu resplandor rompe las ataduras y las máscaras sombrías asustan al caminante. Las águilas dan ejemplo de vida, surcando el firmamento con firmeza, mostrando el camino de la libertad. Los pájaros se confunden con el viento, la inmensidad con su verdad. El hombre con la triste realidad. El silencio se prolonga en el silencio, al escuchar el grito angustiante del hombre solitario.
La ilusión penetra mi intimidad, los lirios rojos almacenan amor y el poema encantado sonríe con las alas de alegría golpeando la búsqueda de la verdad.
Los hombres gimen en profundidad, batiendo las alas como hojas ebrias. Los hombres observan con ironía la belleza natural; los árboles baten sus ramas con alegría, profundas oquedades yacen escritas en el verdor del pensamiento humano. La niebla acompaña la soledad con ramos enrojecidos de vida, trae la esperanza en su diáfano caminar
un pensamiento revelador, el amor. El reloj sigue golpeando el horizonte, el hombre transformando su espíritu.
Eres un tesoro encantador, la ilusión fortalecida del caminante. ¿Cómo encontrar sentido a la existencia? Soy un águila en la montaña negra. La montaña me abraza y el viento sonríe. ¡El pensamiento se oculta en la caverna! ¡La oscuridad invade la profundidad! Las sombras parecen tener sentido, las imágenes proyectadas son los fantasmas de un mundo sin sentido e inhumano: tú sonríes al ver la sombra. ¡La oscuridad invade la alegría de tu sonrisa!
El hombre fantasea con su realidad, lo superficial invade la estructura del pensamiento: las tinieblas absorben la mirada penetrante que nutre las raíces de la vida humana. ¡La oscuridad invade la existencia!
La noche esconde su belleza interna, el viento trae la fuerza del aroma de una rosa que en raudos torbellinos llena de pasión el dulzor del trino del alcaraván encantado en la llanura. ¡La oscuridad muestra su misterio!
Una palabra viajó por la mente, un poema se hizo a la mar interna en una hoja quise plasmar las huellas, la arena se esconde en el pensamiento.
El espejo del alma yace ahí; la sombra del sauce dibuja los sueños fantasiosos de un verso que carcome la piel cansada con lágrimas poéticas.
Las ramas del sauce ondearon sus misterios, con el viento emigraron los pájaros; las gotas de lluvia crecieron en el mirador golpeando la puerta del alma sedienta de amor.
El soñador introdujo los versos tristes del alma sedienta de fantasías; las alas perdieron la fuerza interna de la imagen de la libertad.
El hombre luchaba por alcanzar la luz. La esclavitud lo amarraba a la caverna; la ignorancia lo condujo al laberinto lleno de caminos sin un amanecer.
El hombre cerró los ojos al instante. El pensamiento se deslizó angustiado solicitando una respuesta creadora; el poema se hizo cómplice del amor.
El soñador abrió su mente fantasiosa. Los versos engendraron alas para volar cual águila inspiradora de belleza angelical. Los pensamientos proyectaron imágenes de vida.
La belleza se irradia desde dentro. La sonrisa refleja el rostro del amor, la mirada proyecta el sentido existencial del ser escondido en profundo silencio.
Existes con tu belleza diamantina, tus huellas son el silencio al caminar. Una sombra recorre el sendero solitario, espejo reflejado de nuestro ser.
Las huellas penetran en la arena las dolencias del cuerpo angelical. Una brisa canta al oído una canción de cuna, la arena resiste las pisadas del anacoreta.
Siento el aire que respirocomo rayos de luz, el sol calcina la piel del impotente pensador, un pensamiento deviene en fuego abrazador como olas gigantescas tocando mi ser.
La belleza es un río de sueños indomables, un misterio escondido se teje en la red de la vida. El río en torrente solitario abre surcos arrastrando piedras, urdiendo senderospara llegar al fondo de mi ser.
¡Oh belleza desnuda! ¡Oh belleza angelical!¡Oh encanto de amor! Una luz teje sus rayos misteriosos en el abismo existencial. Tus brazos desnudos yacen dormidos y fríos en armonía, una barca imaginaria se desliza en secreto al amanecer.
¿Es tu belleza un amor de fantasía? ¿Es el alma una tea en la caverna? La barca llega en silencio con mi ser, el hombre indaga con la mirada, la luz reflejada…
Sedientos de melodías yacen los peregrinos en el escenario taciturno en el teatro de la vida, parece existir un absurdo en la existencia: el hombre ríe asombrado al contemplar el cuadro vivencial.
Hermosa melodía escuchamos al atardecer cuando vibran las cuerdas del alma en profundidad, la piel se estremece al son de las quimeras
anhelantes del níveo dentro de nuestro ser.
La secuencia lógica derrama un canto de vida, la luz proyecta la alegría al contemplar la escena, el manjar encantado de una tonada descuelga la sonrisa del amante ruiseñor en el vaivén encantador.
Las antenas curiosas se deslizan para escuchar la vibración del alma de nuestro ilustre espectador, el pensamiento transforma la ironía en escena de un reflejo musical del espectador en vida. ¡Qué bello ejercicio de la función teatral en el viaje sereno al soñar con una proyección musical!
El abuelo llevaba en sus hombros un saco pesado. Las fuerzas estaban flaqueando, pero se esforzaba y se quejaba con su amigo imaginario. Un lamento se dejó entrever en su caminar, porque cada quien habla a diario con su interlocutor.
El amigo le animaba con el pensamiento, aunque no le podía ayudar. Pensaba en aquellos momentos felices de su niñez, eran su consuelo. Caminaba despacio, las gotas de sudor caían lentamente como pequeñas piedras que gimen bajo su carga.
El sendero era estrecho y la naturaleza pródiga, cuando se le acercó un niño y le preguntó: "señor, ¿qué llevas ahí? ¿te puedo ayudar?" El abuelo refunfuñando y con una mirada perdida en el horizonte respondió: "mis zozobras, mis pesares, mis desencantos, mis angustias..."
Jack sonrió, pareció no entender. Se hizo el desentendido. El silencio abrigó la compañía. Los dos se miraron sin pronunciar palabras. La mirada del anciano se perdía en el horizonte; algo le interrogaba. Sentía la presencia de algo. La respiración profunda del niño animó el ambiente. Una sonrisa enmudeció al anciano. Jack invitó al descanso y aceleró la afirmación: "sería interesante valorar tu carga y examinar tus zozobras, tus pesares, tus desencantos, tus angustias..."
Gregory vaciló y sintió miedo. Las manos temblaban como si tuviese una enfermedad. Quiso tararear una canción de cuna o pronunciar una palabra. La impotencia se apoderó de su ser. La nada le invadía. Su mirada seguía como perdida. El viento le animaba y era su dulce compañero.
Jack se acercó y animó a Gregory, quien permaneció mudo. Una sombra negra pasaba milimétricamente y el silencio atestiguó la vacuidad.
"Déjame ayudar a llevar tu saco", dijo Jack. No, contestó el anciano. Eres un niño para llevar cosas tan pesadas y ajenas. Los hombres deberían llevar consigo sus cargas. Jack sonrió e invitó al anciano a mostrar el saco. Así lo hizo, pero, he aquí el saco estaba vacío.
"En realidad, dijo el viajero, había en el saco dos cargas demasiado pesadas para ser soportadas por mortal alguno; pero había olvidado que una era de ayer y se fue"; "¿Y, la otra...?", preguntó Jack. "La otra era de mañana y no ha llegado aún...". La vida es una constante batalla entre el sentido y el sinsentido. La vida tiene sentido cuando el hombre comienza a vivirla a plenitud.
Jack sonrió al escuchar la sentencia y le dijo al abuelo: "el hombre se dobla bajo el peso de las zozobras, de las angustias de ayer y de mañana... El hombre tiene que aprender a llevar el saco de la vida desde hoy. Gregory siguió el consejo y se puso en marcha. Hasta hoy, no lo he encontrado...
La luna extiende su cabellera rizada en el firmamento. Sus rayos penetran solemnes la naturaleza. El hombre en su penumbra sueña instantes de vida nocturnal. El amor a la naturaleza extiende sus brazos y una voz femenina retumba en su ser. La imagen de la mujer ignora un pensamiento y huye en el silencio de su soledad.
El hombre sale en su búsqueda. Los árboles son la compañía de la mujer. Ella se esconde. Cada tronco parece ser una tenue figura. La ilusión se apodera y el canto de la brisa calma al perseguidor. Las gotas de sudor caen por su rostro. Un frío penetrante recorre su cuerpo. La imagen lo abraza y un grito embrujador se escucha.
El hombre despierta desconsolado. Una hermosa mujer está secando el sudor y dándole un vaso con agua. Presuroso el hombre la abraza y decepcionado descubre aquellos cabellos rizados en la soledad...
Empieza un nuevo amanecer... La grisácea luz deviene y el trinar de los pájaros despierta al hombre.
El sol proyecta sus rayos esplendorosos. Los animales regocijados salen de sus guaridas.
El hombre está pensando en viajar, en soñar... Hubo un gran silencio en el recinto del alma. El hombre está saliendo a la búsqueda de su Isla Desconocida...
El sol proyecta sus candorosos rayos, la naturaleza absorbe la energía. El hombre lucha en el desierto desilusionado de su quehacer cotidiano, reflejando la imagen de un mundo cosificado. El pensar es un no -pensar, la indiferencia está destruyendo la estructura del ser, la existencia... El hombre está perdiendo la libertad...
La puerta del alma se estremece en el tiempo, el silencio profundo llena de angustia al hombre de hoy. La soledad pregunta a la puerta, la imaginación transforma el espíritu aventurero de quien quiere ser. El mundo parece sonreír, el agua, el aire, el fuego gravitan en nuestro ser. El silencio llena de temor al hombre imaginario, el silencio abrumador penetra las entrañas humanas, un cosquilleo interno se desplaza anunciando un impulso; el grito se agita, un vacío existencial en el silencio proyecta la imagen de la nada. La nada yace dormida en el ser, esperando la valoración del hombre. Y tú estás ahí en silencio esperando mi ser...
De la inmensidad del mar y del cielo emerge un misterio profundo, la soledad extiende su hálito, la existencia sonríe en el tiempo.
La aurora del cielo despierta la mente, los rayos matutinos encienden la flor del amor. La aurora del mar despliega su incesante color, la fría brisa iriza la mente humana. Las figuras de las nubes en el cielo invitan al hombre a contemplar, las figuras del agua en el mar golpean la esclavitud humana. La inmensidad celeste transporta un pensamiento a la eternidad, la inmensidad marina soporta la adversidad del hombre.
Los rayos del sol y la lunafluyen serenos como el pensamiento humano, la inmensidad inquieta al hombre con el beso del amor, la eternidad.
El eco de tus pensamientos transforman el caminar, el amor sonríe al vaivén de un árbol frondoso con semillas de valores... En el eco de las palabras, el hombre investiga el sentido; un sinsentido, una diferencia engendra un ideal constructor. El eco de tu sonrisa denota constancia, alegría, perseverancia, humildad... El eco de tus sueños proyectan la fortaleza al caminar en compañía... En tu caminar hay seguridad; el camino se transforma al vencer los obstáculos de la indiferencia y el egoísmo... La muerte es la amiga del espejo, reflejo del miedo y la apariencia; la máscara penetra el ambiente señalando la figura pétreaque yace a la vera del camino... El eco de la muerte espera el llamado de la tristeza al abrazar la oscuridad... El latido del corazón acrecienta la agonía, un pensamiento nace al son de la luna.
Abrí mis ojos y sentí el nido de tu amor suave, tranquilo, señorial. Soplaba una brisa pasajera con el aleteo de un pensamiento, una imagen vivencial para el hombre. Descubrí la presencia del nido de mi infancia y con él, la cosmicidad a plenitud... El nido del amor retó al buscador de ilusiones a descubrir el escondite de la vida alada, de la imaginación en paz...
Un caminante está presto a emprender el viaje por los abrojos del desierto cristalino. El cuadro insignificante de un pintor paisajista, costumbrista refleja en la mentalidad comprometida un análisis y una crítica constructiva en aras de abandonar el letargo y la modorra intelectual. Parece ser que el mundo de ilusiones se desvanece al tener que romper el hielo infecundo de la palabra en el trascender humano. Un oasis se abre paso en el horizonte de la soledad hacia la búsqueda de significados, bases del edificio cultural. La visión se nubla en lamentos pérfidos al no encontrar una viviente realidad más humana.
La crisis de nuestra sociedad está marcando la deshumanización y el caos de la ‘palabra’. Los símbolos lingüísticos parecen ser instrumentos sinsentido. El significado de las acciones carece de valor por la proximidad barbárica. El hombre está perdiendo su razón de ser. La Literatura no puede llegar a ser un pasatiempo frívolo y evasor de la realidad. Por el contrario, ‘ella’ debe examinar los viajesrepresentativos de la condición humana en el cosmos. La tarea está en humanizar las relaciones interpersonales a través del uso de la palabra. El significado es el camino del encuentro personal con el ‘otro’. El ‘otro’ es mi espejo dialogal. Solamente cuando la palabra recobre su sentido real, el hombre será una palabra real.
El quehacer literario del pensante se escudriña e indaga en el ámbito de lo social. El hombre refleja su ser en la presencia del ‘otro’. Por eso, - dice Ernesto Sábato – “el individuo solo no existe: existe rodeado por una sociedad, inmerso en una sociedad, sufriendo en una sociedad, luchando o escondiéndose en una sociedad”[1].
La historia del hombre en la sociedad es una aventura cósmica, antropológica, epistemológica, axiológica y óntica en la búsqueda del sentido existencial. Todos pretendemos una salida digna a nuestras quimeras. Nuestros viajes parecen ser innecesarios e ilegítimos. Nadie enseña a viajar, a volar. Todos poseemos unas alas invisibles.
Aleteemos y dancemos al vaivén del pensamiento. Las ilusiones están ahí y ahora. El viajar posibilita descubrir el camino del laberintoinquietante en la descripción de nuestrasdimensiones protagónicas en el quehacer literario y filosófico. “Viajar es siempre un poco superficial. El escritor de nuestro tiempo debe siempre ahondar en la realidad. Y si viaja debe ser para ahondar, paradojalmente, en el lugar y en los seres de su propio rincón”[2].
La historia de las ideas en el ámbito de la Literatura estará henchida de perennesviajes al significar nuestro yo en el mundo histórico. Desde ya, aprendamos a armar nuestra baca de ilusiones. La osadía ahondará la fuerza misteriosa del atrevimiento y del encantamiento personal. El asombro estará al amanecer, descubriendo la razón de la existencia viajera, dando frutos a la luz de los signos. Elprincipiante – Usted / lector - tiene que aprender a sentir y a valorar la presencia significativa del Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, cuando sale de la aldea en defensa de los débiles, resaltando los ideales caballerescos en las tres salidas al campo y reflejando su fe en los valores morales, espirituales. El pensamiento filosófico que guarda la obra enfrenta los conflictos existentes entre el idealismo quijotesco y el realismo de Sancho. Es verdad, cada cual guarda en su interior la personificaciónde Don Quijote y algo de Sancho, como aquél ser formado de un alma espiritual y de una carne perecedera[3].
El viaje del escritor guiará al curioso lector en el laberinto del ‘mundo de la vida’. La luz que emanan las palabras se transforma en cimientes del edificio discursivo propio. Nuestra tarea es irtras de imposibles y disparatadas quimeras hacia la fáctica inteligibilidad axiológica. Así como “la tarea del escritor sería la de entrever los valores eternos que están implicados en el drama social y político de su tiempo y lugar”[4].
El principiante estará guiado por la invención maestra de aquel proyector de ‘situaciones excepcionales’. Guiados por el encantador, avancemos con Odiseo camino de Ítaca, venciendo los obstáculos impuestos por los dioses y lanzando una mirada al Infinito en señal de grandeza y sencillezpor encontrar los caminos claroscuros del destino final: la felicidad, el encuentro consigo mismo. Como afirma Ramón García D. “nadie como él habrá de arrastrar mayores aventuras y desventuras para llegar a Ítaca. Su viaje será el más largo y penoso de cuanto hombre alguno pudo emprender, pero al final logrará abrazar a su esposa e hijo”[5].
El viaje tiene que trascender las entrañas del hombre. La historia concretiza un momento existencial en el deambular del significado. El hombre pensante tiene que ejercitarse en una hermenéutica del vivir. Con razón, “el poeta que contempla un árbol y que describe el estremecimiento que la brisa produce en sus hojas, no hace un análisis físico del fenómeno, no recurre a los principios de la dinámica, no razona mediante las leyes matemáticas de la programación luminosa: se atiene al fenómeno puro, a esa impresión candorosa y vivida, al puro y hermoso brillo y temblor de las hojas mecidas por el viento”[6].
La cotidianidad no esefímera, sino que, es el motor y el producto razonado de las transformaciones cíclicas en las que, elprotagonista - lectorvislumbra un trascender en el ámbito de la Historia concreta del ‘ser’. Por eso, “en medio del desastre y del combate, inmersos en una realidad que cruje y se derrumba a lo largo de las formidables grietas, los artistas se dividen en aquellos que valientemente se enfrentan con el caos, haciendo una literatura que describe la condición del hombre en el derrumbe; y los que, por temor o asco, se retiran hacia sus torres de marfil o se evaden hacia mundos fantásticos”[7].
El viaje literario encarna una constante búsqueda de tesoros posibilitantes: las utopías.Cada cual busca el estro poético en la caja misteriosa del argumento de la vida. El itinerario ideado despertará al hombredel caos, lanzándolo a la búsqueda de la plena significación existencial cuando aprenda a dar testimonio de su realidad viviente y revele algo de lo desconocido a través del lenguaje y del ‘otro’ rumbo a la felicidad. Es - recordando el canto de la Odisea - en el que Ulises logra arribar a las costas de Eolia, ganándose la voluntad divina, “Eolo trabó profunda amistad con Ulises y, al despedirse, le entregó todos los vientos adversos encerrados en un gran odre, haciendo que una bonancible y poderosa brisa hinchase sus velas rumbo a Ítaca”[8].
El viaje programado evidenciará el testimonio dramático de aprender a generarideas que transformen la crisis de la sociedad y crezca la Literatura,- como dice Sábato - “esa híbrida expresión del espíritu humano que se encuentra entre el arte y el pensamiento puro, entre la fantasía y la realidad, puede dejar un profundo testimonio de este trance, y quizá sea la única creación que pueda hacerlo”[9].
El viaje literario programado palpa - a través de la ‘palabra’ en las obras - la relación existente entre el idealismo y el realismo, entre el subjetivismo y el objetivismo. La problemática humana irrumpe en el quehacer epistemológico en la búsqueda de sentidos. La Literatura alerta al hombre a indagar por la soledad, la vida, la existencia, la nada, la dialéctica... y, problematiza ala tecnología en su afán por destruir al hombre; a las Ciencias por las investigacionesdeshumanizantes... El hombre se ha vuelto enemigo de sí mismo y de su congénere. El ‘otro’ se ha cosificado. Las cosas han adquirido valor y las palabras son sinsentidos o fantasmas a la vera del camino.
El viajero tendrá que ser aquella gaviota planeadora surcando el firmamento, ideandoquimeras humanas en pro de la Cima y de la Verdad.
[1] SABATO, Ernesto. El escritor y sus fantasmas. Editorial Seix Barral S.A. Barcelona, 1997. Pág. 16.