lunes, 18 de mayo de 2009

UNA GOTA DE AGUA




Por un instante, sentí un vacío

al observar el infinito,

el horizonte danzaba

peligrosamente.


¿Quién iba a pensar

en una perspectiva,

en un momento tormentoso?


¿Cómo una gota de agua

iba a despeñarse

como una ráfaga de fuego en

la oscuridad existencial,

al son de un torbellino de olas?


¿Cómo no pensar en nuestro ser?

Y las ondas permanecían ahí,

al son del vals de las mariposas...


Una gran ola arrasó al principiante y

la playa recibió su dolorido cuerpo...

Por Luis I. Rodríguez

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