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martes, 15 de diciembre de 2009

LAS FIGURAS...





De la inmensidad del mar y del cielo
emerge un misterio profundo,

la soledad extiende su hálito,

la existencia sonríe en el tiempo.

La aurora del cielo despierta la mente,
los rayos matutinos encienden la flor del amor.
La aurora del mar despliega su incesante color,
la fría brisa iriza la mente humana.

Las figuras de las nubes en el cielo
invitan al hombre a contemplar,
las figuras del agua en el mar

golpean la esclavitud humana.

La inmensidad celeste transporta

un pensamiento a la eternidad,
la inmensidad marina soporta

la adversidad del hombre.

Los rayos del sol y la luna fluyen
serenos como el pensamiento humano,

la inmensidad inquieta al hombre
con el beso del amor, la eternidad.


Por Luis I. Rodríguez

jueves, 1 de octubre de 2009

MINIATURA...



Una hoja lloró desconsolada
su caída de la substancia
encarnada en la savia transparente...
La brisa acarició con ternura
la imagen caída del ser humano,
y la tristeza embargó el lamento
de aquel pensamiento piedra desnuda...
Y la brisa pasajera pareció levantar
una quimera, un arco iris
risueño metamorfoseaba en
el ambiente una leve brizna
color dorado de fantasía que
iluminó la piedra humana...
Y el lamento se escuchó en
protesta de angustia de
aquella hoja humana que quiso
levantar vuelo pero escondió
sus alas por las ensoñaciones vagas...
Y las hojas lucharon por
alcanzar su colorido de gloria,
se esforzaron por vencer su sed,
anhelantes de no caer en el sinsentido,
comenzaron a buscar otros horizontes
porque la miniatura hizo "SOÑAR"...


Por Luis I. Rodríguez

sábado, 15 de agosto de 2009

LA ANGUSTIA DESCANSA PLÁCIDA...


Caminaba en un paraje desértico y abrupto
cuando escuché un eco de tu voz.

Angustiado observé el horizonte,
una sombra se alejaba al atardecer.

Presurosamente traté de gritar,
un nudo impedió el llamado desesperado.

Levanté los pesados brazos clamando y
una brisa gélida detuvo el caminar.

Las manos anhelantes desearon una rosa,
aroma estremecedor, antorcha del vivir.

La soledad enmudeció los pensamientos
y el silencio ahogó la imaginación.

Un viento despertó la imagen sonora de aquella
canción de niño, ilusión de verde esperanza.

Mi cuerpo estaba petrificado,
temblando de fatiga y ansiedad.

La mirada perdida en el entorno, cuando
la noche tendió sus rayos color seda.

La penumbra extendió sus brazos y
la llanura desolada acogió el silencio del humano.

&

La angustia descansa plácida en la gruta de la montaña...

Por Luis I. Rodríguez


jueves, 6 de agosto de 2009

EL VOLCÁN ESCÉNICO





Recordé tus caricias con la brisa matutina,
tus resplandecientes rayos de luna danzaron
como una melodía en plena fantasía,
tus palabras fortalecieron mi pensamiento.

Sentí tu profunda mirada expectante
en la oscilación de una radiante sonrisa,
así el árbol mecía sus hermosas ramas
en armonía con la viviente naturaleza.

Abrí mis brazos y llené mi vacío
con el recuerdo de tus pensamientos,
el volcán escénico yacía dormido
contemplando el estado natural de tu ser.

Asombrado al sentir tu presencia
escuché la melodía de un sentimiento,
el néctar de tu mirada deshojó
el misterio de la rosa en mi aposento.

Vigorizado con tus ondulaciones corporales,
un rayo de luz rozó los sentimientos y
las hojas del árbol cayeron lentamente
como la pluma angustiada de mis pensamientos.

Por Luis I. Rodríguez

viernes, 3 de julio de 2009

ESTRÉCHAME ENTRE TUS MANOS





Estréchame entre tus manos,
sienta palpitar un corazón apasionado,
tu luz aromada se pierde en un suspiro,
tus besos ardientes enloquecen el espíritu
en la cima del vacío, una ola de amor.

Estréchame entre tus manos,
escucha la vibración del pensamiento vivaz
que aparta los escombros deteriorados del viejo amor,
ocultando en una brisa pasajera cerca del panal,
el encuentro anhelado de un tierno amor.

Estréchame entre tus manos,
aparta el tormentoso frío de la indiferencia humana,
calma tu sed con la miel de mis labios y
sonría cual náufrago en la arena,
oyendo la melodía encantada en el manantial.

Estréchame entre tus manos,
recorra con tu sonrisa mi ondulada desnudez
temblando de pasión se escucha una melodía,
floreciendo en el jardín yace
un verso encantado por tu amor.

Estréchame entre tus manos,
mira tu cuerpo unido al mío
como el penetrante aroma de una flor encendida
clamando de sí, admiración y asombro
del encantador de amor.

Por Luis I. Rodríguez

viernes, 12 de junio de 2009

HAGAMOS UN VERSO...


Hagamos un verso soñado
con tus inquietantes pensamientos y
mis pacientes sentimientos,
con la brisa del amanecer y
el sol abrasador.
Pintemos las ideas
con multicolores razones y
amorosas madrugadas,
color grisácea de brisa sedienta y
amor escondido,solitario,
tímido y vivificador
cual gotas de lluvia
entrelazadas con hilos bordados
de agua encantada cual cristal
calmando la sed de nuestro amor.

Por Luis I. Rodríguez