martes, 7 de abril de 2009

LA PALABRA, UNA CAJA MISTERIOSA



“Letras sin virtud
son perlas en el muladar”.

Miguel de Cervantes

La palabra merece respeto. El hombre vive extrañado de sí mismo, con y sin la presencia del “otro”. El mundo parece una hoja de papel. Vivimos en él sin percibir la presencia del Valor Supremo. Los lamentos son las tinieblas penetrantes en las relaciones humanas petrificadas por la ignorancia del valor de la ‘palabra’ en el contexto personal y colectivo. Parece insignificante ser ‘alguien’ valioso. Atreverse a pensar es un castigo. Preguntar algo, una ironía. Saber acerca de algo, un maltrato personal. Leer una utopía, un castigo, un lamento, un sinsabor. Pero, la ausencia trae consigo “presencia”. Por eso, la ‘palabra’ es el signo fundamentador de la comunicación humana, como apertura a la presencia del “Otro” y de mí mismo en el cosmos.

La ‘palabra’ es una caja misteriosa que guarda en el interior una potencialidad significativa. Es la semilla generadora de “sentidos”, de sendos discursos inteligibles en la cotidianidad. Ella nos saca del pantano y tiende el hilo conductor de la imaginación. La ‘palabra’ es como aquél símil de Saint-Exupéry en El Principito “... - Esta es la caja. El cordero que quieres está adentro. Quedé verdaderamente sorprendido al ver iluminarse el rostro de mi juez: -¡Es exactamente como lo quería! ¿Crees que necesitará mucha hierba este cordero?”. La visualización del horizonte interno está en caminar, sin dejarnos alcanzar por los pasos ya recorridos. La tortuga lucha a merced de sí misma. Nunca está vencido quien camina sin mirar atrás.

La energía del pensamiento vive en cada ser humano. Ésta se puede materializar en “algo”. Las ‘palabras’ están ahí para servir de puente entre tú y nosotros, entre yo y el “Otro”. Y, ¿quién es el Otro? Es la persona que me permite entrar a su ser. Es la proyección de mi yo. Es mi alter ego. Si mis ‘palabras’ imposibilitan una sonrisa, las relaciones se cosifican y el corazón se estremece en una aproximación al amor, al respeto, a la comprensión, a la solidaridad... Por eso, cultive el hábito de la lectura y use vocablos dignos de su ser.

La ‘palabra’ es el camino indispensable para construir puentes dignificantes entre los hombres. La ‘palabra’ soluciona las guerras fratricidas y posibilitan hermandad y progreso. Pero detrás del compromiso personal se esconde el egoísmo, la envidia, la simulación, la mentira. ¡Cuántas posibilidades perdidas para cimentar el edificio personal! ¡Cuánta hipocresía reina en el uso de la ‘palabra’ en procura de solucionar un conflicto! ¡Cuánta violencia generamos con nuestra actitud mezquina y vaga! ¡Cuánta tristeza esconde nuestra mirada! ¡Cuánta ‘palabras’ cargadas de violencia, mediocridad e irrespeto en el proceso de comunicación! Somos los protagonistas cargados de indiferencia y superficialidad. Demos una oportunidad a nuestro ser y pidamos perdón a la misma ‘palabra’, a la jerga contaminada, por ser como somos. Las posibilidades en el uso de la ‘palabra’ están aquí y ahora. Por eso, la barbarie envejece, la ‘palabra’ real ennoblece y da vida. La palabra da vida cuando es vida.

Con razón Richard Bach afirma que “para comenzar… tenéis que comprender que una gaviota es una idea ilimitada de la libertad, una imagen de la Gran Gaviota, y todo vuestro cuerpo, de extremo a extremo del ala, no es más que vuestro pensamiento… Y aunque intentó parecer adecuadamente severo ante sus alumnos, Pedro Gaviota les vio de pronto tal y como eran realmente, sólo por un momento, y más que gustarle, amó aquello que vio. ¿No hay límites, Juan?, pensó, y sonrió. Su carrera hacia el aprendizaje había empezado". En consecuencia, la ‘palabra’ es el corazón viviente del ser pensante.

Por Luis I. Rodríguez

1 comentario:

  1. La palabra es un todo complejo: es un túnel lleno de significación o una máquina del tiempo que experimenta cada segundo,y que nos permite reconstruir de la edificación del discurso, con la minuciosidad del relojero, y con la paciencia del artista.

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