viernes, 26 de marzo de 2010

HISTORIETA INTACTA





Arrancaron todas
las hojas encantadas.
Desamparadas,
guardaron una esperanza
en el desierto humano.
La historieta narrada
siguió intacta en su lucha
por alegrar el existir
de alguien ansioso
por despertar.
El viento se estremeció,
el cuento se desvaneció.
El sol proyectaba su energía,
las hojas tristes la absorbían,
las letras perdían su color.
Un inocente clavó la mirada
en una silenciosa historieta.
Sonreía, movía su cabeza
al descubrir semillas de vida,
una idea abrió las puertas
del encanto.
Eolo ayudó en la tarea,
las hojas se agruparon,
el niño armó el libro,
su espíritu se transformó
y en el cielo abierto
las figuras nuevas aparecieron.
¿Por qué destrozaron el libro
de aventuras?
¿Por qué destruir el mundo
de ilusiones?
Una historia,
una aventura,
una semilla,
una sonrisa,
el soñar,
la vida...

Por Luis I. Rodríguez

martes, 23 de marzo de 2010

EN EL ACANTILADO




Caminamos fortalecidos hacia el acantilado,
recorremos el camino con el pensamiento.
Un águila extiende sus alas
danzantes y sensibles de ilusiones.

El peregrino se angustia de la inmensidad,
el pobre árbol extiende sus ramas aventureras,
la montaña abre la puerta de la hermandad,
en las cumbres rocosas, el amor existe.

La brisa refresca el cuerpo peregrino,
en el acantilado el eco retumba adolorido.
La voz de la conciencia pregunta en el vacío
por el sentido del azul lejano en trascendencia.

La conciencia del hombre grita Libertad
en el manantial inexistente en la cima,
el árbol perplejo mueve sus alas al azar
cuando caen sus hojas de pensamientos.

Siento la mirada perdida en la cima,
una embarcación de vida en el horizonte
está devorando la mar de ilusiones,
un pensamiento gime tiempos irreales.

Sereno en mi confianza lucho con justicia
al ver una tarde oscura en la penumbra,
tus pensamientos vierten ondas de amor,
tus palabras traen aromas de rosales.

Quiero sentir la fuerza de tu pensamiento
guiando el regreso a tierra firme.
La luz hizo en mi corazón
el camino de claridad.

Por Luis I. Rodríguez


viernes, 19 de marzo de 2010

ENTRAÑAS MUSICALES DEL ALMA



Admiro tu mirada penetrante,

luz absorbente, camino de fantasía.

El cristal imaginario refleja tu pensar

en versos danzantes, delineantes de tu figura

ondulante y sensitiva al escuchar la melodía

que recorre las entrañas musicales del alma.

Tus ojos cuestionan el quehacer filosófico

de los senderos de mi sombra en tu sombra

que transporta una imaginación del púgil

poeta que lucha por existir en el valle

de ilusiones, lleno de calles nocturnas que

tejiendo las móviles sombras prefiguran

tu sonrisa reflejada en el espejo.

Tu espejo es mi espejo reflejado,

tu sombra es mi sombra en la penumbra,

tu pensar es mi pensar lleno de vida;

una fantasía se hace realidad cuando me hablas,

tus palabras son la fortaleza que penetra

en las entrañas del alma acongojada.

Tus noches de luna guían el pensar del poeta

al descubrir tu sonrisa junto a la mía,

mi espejo en tu espejo de vida.

Eres templo de vida, ilusoria visión,

sombra fantástica

de amor y ternura...


Por Luis I. Rodríguez

martes, 16 de marzo de 2010

APERTURA



La angustia penetra los rayos del alma sedienta.
La oscuridad se refleja en el espejo
de la inmensidad interior.
Las noches oscuras absorben

la alegría del alma encantada.

La vigilia humana rompe las barreras
del sueño contra la fantasía.
Mira la mariposa en el recodo del camino.
Una gota de agua edifica un cambio interior.
La flor se abre a la eternidad.
El Cronopio sonríe...

Por Luis I. Rodríguez

sábado, 13 de marzo de 2010

VIBRACIÓN DEL ALMA



Sentirlo...
con el silencio melodioso de la naturaleza.
En el amanecer, los pájaros con su trinar
despiertan al poeta que se estremece
con la belleza en la inmensidad.

Pensarlo...
con el campo poético del viento
recorriendo tu cuerpo, acariciando
el fuego emanado de la intimidad,
un beso aromado expande la fragancia.

Aprehenderlo...

con las manos recorriendo la figura nívea:
el rocío en el jardín penetra el ser,

la brisa del verano en los páramos,
adormece la noche, tan callada.

Vivenciarlo...
pedir un consejo al agua del manantial,

la mariposa llega en su trineo de colores,
comparte la soledad con el poeta soñador.

La palabra alegra el corazón con su sentido.

Escucharlo...
tañendo cítaras encantadas de amor,
lúdicas canciones penetran en el alma,
el peregrinar del ser amado deja huellas

marcadas en el camino silencioso de la vida.

Decírtelo...
con el silencio de la belleza interna,
con el susurro
de la conciencia preguntando
en el crepúsculo de la invención,
el amor es la vibración del alma.

Por Luis I. Rodríguez

lunes, 8 de marzo de 2010

MUJER, ENERGÍA VIVA DEL AMOR



Mujer, eres la belleza encantada,
la música radiante de vida angelical,
el arpa sedienta de notas naturales,
eco del amor en la profundidad del mar.

Mujer, eres poesía llena de misterio
en el trascender de mi locura,
la angustia de mi alma brota
en el manantial, sendero de felicidad.

Mujer, eres la filosofía de mi vida,
alivio transparente en mi agonía.
Tu belleza interior transmite serenidad,
me inspiras a volar como el águila.

Mujer, eres la significación del amor,
la alegría viva en el camino de la vida.
Eres la profundidad y el gran misterio
transformador de la imaginación.

Mujer, eres la rosa encantada,
energía viva del amor,
la luz radiante en el sendero
del águila junto al mar.


Por Luis I. Rodríguez

miércoles, 3 de marzo de 2010

TU PERFUME INTERIOR




Estoy sintiendo tu perfume interior,

el perfume del pensamiento en flor.
El perfume de la voz interior,
el gladiolo rojo extiende sus pétalos,
abrigando la ternura y la sensibilidad humana;
el gladiolo rojo con su aroma despierta
el insensible corazón dormido
al exhalar la fragancia de tu amor.
Cada pétalo proyecta una imagen de aventura,
la abeja viene a chupar el néctar de vida,
trasciende en él la dialéctica del amor,
la verdad está penetrando el corazón.
Hay un olor a naturaleza humana,
un poema abre las alas de la imaginación.
El gladiolo rojo se proyecta sereno en la existencia,
el rojo engendra la pasión en mi alma,
un pensamiento esboza la tierna figura
del amor, camino del trascender.

Por Luis I. Rodríguez