Mostrando entradas con la etiqueta noche. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta noche. Mostrar todas las entradas

jueves, 22 de abril de 2010

OSCURIDAD


Eres un tesoro encantador,
la ilusión fortalecida del caminante.
¿Cómo encontrar sentido a la existencia?
Soy un águila en la montaña negra.
La montaña me abraza y el viento sonríe.
¡El pensamiento se oculta en la caverna!
¡La oscuridad invade la profundidad!

Las sombras parecen tener sentido,
las imágenes proyectadas son los fantasmas
de un mundo sin sentido e inhumano:
tú sonríes al ver la sombra.
¡La oscuridad invade la alegría de tu sonrisa!

El hombre fantasea con su realidad,
lo superficial invade la estructura del pensamiento:
las tinieblas absorben la mirada penetrante
que nutre las raíces de la vida humana.
¡La oscuridad invade la existencia!

La noche esconde su belleza interna,
el viento trae la fuerza del aroma
de una rosa que en raudos torbellinos
llena de pasión el dulzor del trino
del alcaraván encantado en la llanura.
¡La oscuridad muestra su misterio!



Por Luis I. Rodríguez

miércoles, 7 de abril de 2010

ESPÍRITU VAGABUNDO



Escuché en la noche callada el gemido

de un espíritu vagabundo,
el lamento penetró en la profundidad
de un misterio que nunca descubrí.

El misterio ahogó el pensamiento.
El huerto lloró la angustia,
las hojas verdes cedieron su esencia,
los frutos de vida cayeron como piedras.

¿Qué misterio soñé?
¿Qué ilusión advertí?
La soledad del huerto transformó
el corazón del roble ansioso.

Escuché la noche callada,
la brisa aleteaba como espíritu,
levanté los brazos a la inmensidad,
sentí tu presencia en amor fluyendo.

Caminé hasta la montaña sagrada,
canté himnos de alegría al amor,
escuché tu voz en lontananza
contando las estrellas viajeras en flor.


Por Luis I. Rodríguez


jueves, 18 de junio de 2009

ILUSIÓN...


La luna juega en la noche de fuego
con sus resplandecientes rayos y
el viento estremece la soñada soledad.

El viento se pasea deprimido y melancólico
por las polvorientas calles del cuerpo
como aquel náufrago en el inmenso mar.

La noche sonríe y la luna la viste,
el viento la conoce y la arrulla,
ella se enamora del silencio,
encontrando abierto el libro de la vida.

Por Luis I. Rodríguez

jueves, 11 de junio de 2009

UNA NOCHE...


¡Qué noche estrellada y encantada

vive sollozando en mis pensamientos!

¡Qué noche de suaves olores a lunada,

impregna tu huella en mis sentimientos!


Tu presencia calla las vibraciones y emociones,

tu sonrisa se hace la fiel amiga incomparable.

Una voz firme y tierna alienta sin vacilaciones

el valeroso espíritu danzante y entrañable.


En la noche el espíritu se proyecta significante

al reconocer el sentido de la inmensidad.

Una estrella guía al ingenioso principiante

desde la potente luz en la tenebrosa profundidad.


Noche estrellada en el camino pedregoso,

cabellos oscuros en el latente horizonte,

volátiles cual aroma voluptuoso

en el manantial del ilustre itinerante.


¡Oh, si hoy pudiese estrechar tus manos

y suavizar tus labios con los míos!

Por Luis I. Rodríguez