Gracias...
Un pensamiento extiende sus alas de libertad.
Un sentimiento proyecta su razón de ser,
el sueño se hace realidad en el camino
sereno hacia la Montaña en el pensar.
Gracias...
La palabra encuentra eco de sentidos
en una poesía, un cuento o un pensamiento.
La palabra fluye como el río en el mundo
generando nuevas construcciones de ilusión.
Gracias...
El poeta ayuda a descubrir el sentido existencial,
a descubrir en nosotros el goce natural,
a engrandecer el valor de nuestra intimidad
a la luz de contemplar la inmensidad.
Gracias...
Por entender la belleza de lo que somos,
la intimidad se esclarece en el trascender,
una luz guía al caminante en el peligroso
camino hacia el jardín de la Montaña.
Gracias...
El niño busca la luz en la Montaña,
el caminante está inquieto por las preguntas.
El niño exige respuestas lógicas,
el caminante narra un cuento de Ilusión.
Gracias...
¡Dichoso el niño que posee sus soledades!
¡Dichoso el caminante que encuentra el camino!
¡Dichoso el lector que encuentra una ilusión!
¡Dichoso el hombre que vive en Libertad!
Por Luis I. Rodríguez
Un pensamiento extiende sus alas de libertad.
Un sentimiento proyecta su razón de ser,
el sueño se hace realidad en el camino
sereno hacia la Montaña en el pensar.
Gracias...
La palabra encuentra eco de sentidos
en una poesía, un cuento o un pensamiento.
La palabra fluye como el río en el mundo
generando nuevas construcciones de ilusión.
Gracias...
El poeta ayuda a descubrir el sentido existencial,
a descubrir en nosotros el goce natural,
a engrandecer el valor de nuestra intimidad
a la luz de contemplar la inmensidad.
Gracias...
Por entender la belleza de lo que somos,
la intimidad se esclarece en el trascender,
una luz guía al caminante en el peligroso
camino hacia el jardín de la Montaña.
Gracias...
El niño busca la luz en la Montaña,
el caminante está inquieto por las preguntas.
El niño exige respuestas lógicas,
el caminante narra un cuento de Ilusión.
Gracias...
¡Dichoso el niño que posee sus soledades!
¡Dichoso el caminante que encuentra el camino!
¡Dichoso el lector que encuentra una ilusión!
¡Dichoso el hombre que vive en Libertad!
Por Luis I. Rodríguez