El águila planea en el firmamento azul
grisáceo invitando a seguir su danza.
Las extensas alas transforman anhelantes
diamantes desprendidos en pensamientos.
El espíritu inquieto y aventurero está
buscando nuevos horizontes de vida.
Los fuertes rayos del sol penetran
la ansiedad de su interior.
Un oasis de encuentro vivencial
refleja el poder de la imagen plena.
El caminante está anhelante en el césped
esperando ser el espejo de vida.
El viento silencioso levanta sus brazos
anunciando el vuelo de libertad.
Por Luis I. Rodríguez